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martes, 15 de octubre de 2019

La piel del Tambor. Sobre curas y pícaros.




“Por algo lleva la espada. Es el agente de Dios.”
Bernardo Claraval
Elogio a la milicia templaria

Todo empieza cuando un pirata informático tiene la osadía de irrumpir en el ordenador del Papa de Roma. En el va dejando siniestros mensajes sobre una iglesia que mata para defenderse junto con pasajes bíblicos, todo de lo más siniestro. Los agentes certifican que el templo se encuentra ubicado en el suroeste de España, en Sevilla y se trata de un edificio antiguo sobre el que hay mucha presión para demolerla y construir inmuebles de lujo. Entonces deciden llevar a uno de sus mejores hombres, Lorenzo Quart, perteneciente al IOE para que investigue quién está hackeando el ordenador del Papa y que tiene que ver esa iglesia en todo eso.

Nuestro protagonista es un sacerdote guapo y con buena planta (recuerda a el Lorenzo Falcó de novelas posteriores) dedicado a las misiones más controvertidas de la Iglesia católica. Desde “neutralizar” a los prelados más izquierdosos e “inestables” de Nicaragua o Brasil o a los más belicosos de Irlanda del Norte, pasando por adentrarse en guerras como la de Bosnia para evitar que ningún agente de la Iglesia manche el nombre de dios en empresas de mala fortuna. En todas ellas ve mundo y poco a poco se va perdiendo la fe a la vez que aprecia la disciplina espartana que impone la santa sede a sus agentes. En Sevilla se encuentra a un cura cerril e indomable, a una monja seglar que se dedica a restaurar el templo tan descuidado, a una familia de aristócratas que sufragan todos los gastos del edificio y dos oportunos asesinatos dentro del recinto que retrasan la reconversión del solar. Todo se une para embrollar el caso y conseguir que Lorenzo Quart no entienda nada. Más tarde van apareciendo los pícaros y rufianes que nunca pueden faltar en la Sevilla literaria, que querrán llevar al traste toda la operación.

Sevilla es un escenario vivo lleno de historias y vitalidad. Fue uno de los principales puntos de comunicación de la época moderna, donde confluyen el viejo mundo y el nuevo, donde se mezcla lo árabe, con la edad de Oro y la típica picaresca hispana. A todos los que os gusten las novelas de piratas y galeones encontraréis algo de eso aquí. Sobretodo cabe destacar la forma de ver el mundo de alguien que ha presenciado cómo los seres humanos reaccionan ante los peligros más reales y cruentos de la vida. Como ya sabréis los que os interese el autor, Pérez-Reverte estuvo de reportero en muchos conflictos bélicos y eso debe de dar sabiduría sobre qué es la vida y la muerte que puede impactar a seres sensibles. No os decepcionará.



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